La extinción de muchas
especies animales ocurre de forma inadvertida para el hombre sobre todo dentro
de los amplios grupos que forman el gran mundo de los invertebrados.
Parecía que no iba a
ser así esta vez cuando en el año 2007 se incluía a una mosca dentro de una
lista de especies europeas extintas. Habían pasado 160 años sin ningún registro
de la especie e incluso algunos investigadores se aventuraban a explicar las
posibles causas de su desaparición.
Pero en el año 2010 se
publican en España dos trabajos independientes donde se da a conocer el
“redescubrimiento” de Thyreophora
cynophila (Panzer, 1798) que es
como se llama la protagonista de esta entrada.
Macho. Diferenciable por
presentar escutelo trapezoidal, fémures posteriores dilatados y abdomen menos
voluminoso que las hembras.
Inicialmente
se encontró en Madrid y La Rioja, posteriormente ha aparecido en otros sitios
del interior como Segovia, Guadalajara, Soria, Cuenca, Zaragoza. En León se cita
por primera vez en el invierno de 2012/13.
Hembra. Escutelo
redondeado, fémures posteriores no dilatados y abdomen más voluminoso que en
los machos.
Es una mosca peculiar
por su aspecto con la cabeza anaranjada brillante y el cuerpo azul oscuro
metálico y por su ciclo ya que los adultos aparecen en invierno sobre cadáveres
de vertebrados de tamaño medio y grande.
Cópula
sobre la dentadura de un yegua.
Machos sobre el campo de batalla. Costado de
una yegua.
Machos
peleándose.
Macho
intentando montar a otro macho de Scathophaga stercoraria.
Todavía existen muchas
lagunas sobre su ciclo vital, comportamiento, poblaciones etc. (la larva ha
sido descrita en el verano de 2013) pero parece que el destino ha querido dar
una segunda oportunidad a la ciencia para su estudio y para todos aquellos que
nos deleitamos con el mundo natural aunque se manifieste a través de una mosca.
Es que, apropiándonos del título de la obra de E. F. Schumacher, “ Lo pequeño
es Hermoso ”.